PASTORAL DEL ALIVIO

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sábado, 16 de julio de 2011

LA INIQUIDAD Y LAS HERENCIAS ANCESTRALES



Iniquidad: significa "torcido – desviado"

“Porque Yo Soy Yahvé tu Dios, que visita la Iniquidad

de los padres Sobre los hijos hasta la tercera y cuarta

generación de los que me aborrecen” (Exodo 20, 5)


La Iniquidad es como un cordón o ADN espiritual en donde se van grabando todos los pecados del hombre y lo que será su herencia en las siguientes generaciones.

La iniquidad es transmitida al hombre desde su concepción y va a impregnar el corazón de sus pensamientos e intenciones que se oponen a la justicia, la verdad, al amor y a todo lo que Dios es. La Iniquidad se manifiesta en el alma formando densos velos.

Debido a que la Iniquidad se opone a la justicia divina, por estar torcida de ella, esto va a ocasionar un continuo choque con la rectitud de Dios. La justicia divina tiene como fin juzgar todo lo que se opone a ella.

El propósito de los juicios de Dios es “alinear” (purificar) todas las cosas según su Justicia. Esto significa que donde hay caminos torcidos va a haber una continua acción divina tratando de alinear a la persona con él. Esto se va a manifestar en pruebas, juicios, tribulaciones, desiertos, etc.

Si lo comparamos con un árbol podemos afirmar que la Iniquidad es el tronco con su raíz y sus ramas, mientras que el pecado representa los “frutos” de ese árbol. Este árbol se irá robusteciendo de generación en generación conforme haya una manera de vivir “torcida” o “desviada” según la voluntad de Dios.

La Iniquidad es la verdadera raíz de donde surge todo el mal en nosotros y es ahí donde debemos echar el hacha. La gran mayoría de los creyentes confiesan sus pecados a Dios pero jamás le han pedido que borre sus iniquidades. Y por esta causa siguen padeciendo la consecuencia de maldiciones de todo tipo (familiares, financieras, sentimentales)o enfermedades familiares incurables, destrucción de la familia, divorcios, accidentes y tragedias que no deberían ocurrir estando bajo la protección de Dios.

En el libro de Isaías, capítulo 53, 4-5 podemos leer:

“Más El fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras Iniquidades… y por sus llagas fuimos sanados”

Con su sacrificio en la Cruz Cristo nos redime de toda iniquidad, pecado y de toda cárcel del alma y del espíritu.

En Malaquías 2, 16 leemos:

“Porque Yahvé ha dicho que aborrece el repudio y al que cubre de iniquidad su vestido. Guárdense pues en su espíritu, no seais desleales.”

En el Salmo 51, el rey David expresa:

“….en Iniquidad he sido formado y en pecado me concibió mi madre…”

Las obras de la carne manifiestan la Iniquidad: adulterio, fornicación, idolatría, pleitos, herejías, envidias, homicidios, orgías (Gálatas 5, 19-21)

Es importante saber que NO es la voluntad del hombre la que deshace las obras de la carne, sino el Espíritu de Dios.

Debemos entender que para que el Espíritu Santo venga sobre nosotros, es fundamental tomar primero la decisión de alejarse de la “Iniquidad”.

Esto sucede cuando hay una plena convicción en la cual con todo mi corazón decido CAMBIAR mis caminos para alejarme de la iniquidad y vivir en JUSTICIA. La mente NO alcanza porque si bien reflexiona y acepta, CARECE del poder para Romper Estructuras de comportamiento.

(“Porque con el corazón se cree para Justicia y con la boca se confiesa para Salvación”. Romanos 10,10)

Lo único que puede reconciliar al hombre con Dios, es que Cristo resucite su espíritu. La Salvación No se lleva a cabo a través de un acto intelectual.

La Salvación radica en la respuesta del hombre al Sacrificio de Cristo, entregando verdaderamente la vida para ser transformados por su poder.

La Iniquidad produce Sordera espiritual:

El plan de Dios es que todos oigamos Su Voz. Toda la instrucción del Espíritu Santo está basada en nuestra habilidad de oír a Dios.

Jesús dijo: Mis ovejas oyen mi voz y me siguen…”

El también enseñó que el Espíritu Santo sería enviado para enseñarnos todas las cosas y terminar de enseñarnos lo que Jesús comenzó”. Dios diseñó el espíritu del hombre para que pudiera escuchar su voz. De hecho Dios siempre nos está hablando…y será tanto más nítida según la presencia o ausencia de iniquidad en nosotros…

“Y sus pecados han hecho ocultar de ustedes Su rostro para no oír” Isaías 59, 1-2.

La sordera espiritual puede producirse en áreas específicas de una persona (ej: área laboral, sentimental) mientras que en otras áreas puede tener claridad para escuchar.

Esto significa que en alguna parte de su pasado o en el de sus antepasados hay actividad inicua o pecaminosa en el área laboral y sentimental (fraudes, abusos, robos, mentiras, adulterio, etc) y mientras esto no sea Confesado como pecado y como iniquidad, creará un “bloqueo” en el oído espiritual de la persona.

Debemos hacer un análisis detallado de nuestras obras y de nuestros antepasados para desarraigar toda RAIZ DE INIQUIDAD.

Esto sólo es posible por la REVELACION del Espíritu Santo. Tenemos que pedir el don de Ciencia para poder determinar en dónde esta esa raíz de iniquidad.

La Iniquidad produce Ceguera Espiritual:

De la misma manera que Dios diseñó que tuviéramos oído espiritual, también planeo que tuviéramos ojos espirituales para ver y reconocer las Verdades de Dios:“Pero cuando se conviertan al Señor el velo se quitará, porque donde está el Espíritu del Señor, allí habrá Libertad…” (2 Cor 3, 16)

Es necesario identificar las áreas de nuestro corazón que aún no están rendidas al Señorío de Cristo, y cuando éstas áreas se conviertan a El, entonces serán removidos los velos que producen la ceguera espiritual.

La Iniquidad produce Enfermedades y Dolencias:

La iniquidad es una de las causas más importantes de enfermedad. Puesto que espíritu, alma y cuerpo están entrelazados, la condición de los dos primeros será determinante para afectar es estado del organismo. Es así que un espíritu y un corazón lleno de la presencia de Dios y libres de iniquidad dará como resultado un cuerpo sano, con salud del “Reino de Dios”. Y lo opuesto dará como resultado un cuerpo doliente y propenso a enfermedades. En el salmo 109,18 encontramos:

se vistió de maldición como de su vestido y entró como Agua en sus entrañas y como Aceite en sus huesos…”

La Iniquidad va a ir formando una especie de líquido tóxico que se va acumulando en el organismo, deteriorando de esta manera los órganos y el estado general de salud. También la iniquidad se aloja en el interior de los huesos, debilitándolos y afectando la calidad de la sangre (diabetes, leucemia, presión alta y baja, lupus, etc).

Otro ejemplo claro de esto es cómo la tristeza produce enfermedad y muerte. En el Salmo 31, 9-10 leemos:

“Ten misericordia de mí oh Señor, porque estoy en angustia. Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma y mi cuerpo. Porque mi vida se va gastando de dolor y mis años de suspirar. Se agotan mis fuerzas por causas de mi Iniquidad, y mis huesos se han consumido…”

Enfermedades en los huesos y articulaciones: osteoporosis, artritis, reuma son el resultado de la continua impregnación de esta secreción que proviene de la Iniquidad. También veremos la formación de Tumores y dolor muscular agudo como resultado de la acción en el cuerpo físico de esta herencia espiritual (Isaías 59, 4)

La Iniquidad y el Cautiverio del Alma:

La iniquidad se manifiesta en el cuerpo físico como un agua y un aceite negros que enferman al cuerpo. Sin embargo el orígen de estas sustancias está en el espíritu del hombre. Es así que el alma va quedando atrapada en especies de “pantanos espirituales” en donde aún los justos se hunden como en un pozo sin salida. En Isaías 57,20 leemos: “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto y sus aguas arrojan cieno y lodo”.

El justo también puede ser atrapado por la “Iniquidad Colectiva” (Isaías 59,12-15): “Porque con nosotros están nuestras Iniquidades y conocemos nuestros Pecados: mentir contra Dios, apartarse de Yahvé, hablar calumnia y rebelión… Y el derecho se retiró y la justicia se puso lejos y la verdad fue detenida y el que se apartó del mal fue puesto en PRISION…”

Espiritualmente estos lodos de iniquidad son arrojados sobre otros a través de palabras violentas, amenazas, calumnias, humillaciones, acusaciones, burlas y presiones. La persona llega a un punto en que siente “ahogo”.

Personas con espíritu de Control, oprimen y manipulan “contaminando” un lugar. Problemas psicológicos de TEMOR, como la claustrofobia, provienen de esta condición en el ambiente espiritual. El ALMA puede haber quedado CAUTIVA en el PASADO y en este caso será necesario llevar a cabo una Liberación Espiritual.

El estar rodeado de Iniquidad puede generar: pánico, terror, aflicción y desesperación. El mismo Rey David en varias ocasiones se encontró rodeado de estas aguas cenagosas de Iniquidad que literalmente lo ahogaban como muestra el Salmo 55, 3-5: Porque sobre mi ECHARON INIQUIDAD…”

Y en el salmo 69, 1-4 leemos:

“Sálvame oh Dios porque las aguas han entrado hasta el alma, estoy hundido en cieno profundo donde no puedo hacer pie, he venido a abismos de aguas y la corriente me ha anegado…”

Estos pozos y prisiones son lugares literales donde el maligno aprisiona una parte del alma para traer todo tipo de opresión y calamidad a nuestras vidas.

El Alma es llevada CAUTIVA por causa de la Iniquidad en nuestras vidas pero también por situaciones Traumáticas o por fuertes acosos de gente impura que la fragmentan y la atrapan (Odio, maldiciones, etc). (ver salmo 18, 4-5 y salmo 35,7).

Hay que pedirle a Dios que nos conceda sacar al alma de estos lugares. Que nos muestre por medio del Espíritu Santo qué fue lo que ocasionó ese CAUTIVERIO. Luego se pedirá PERDON en el caso de la presencia de Pecado, Iniquidad o Rebelión y Ordenar a toda CARCEL del ALMA y del ESPIRITU QUE SE ABRA EN NOMBRE DE CRISTO PARA QUE EL ALMA QUEDE LIBRE.

La Iniquidad y el Agravio:

El agravio es la injusticia hecha a una persona en la cual esta queda en deshonra o gran despojo. Es una ofensa de gran envergadura. La presencia de Iniquidad en una persona va a funcionar como un poderoso imán para atraer agravio y toda forma de Injusticia.

Una de las formas en que se manifiesta la Iniquidad es a través de la LENGUA. Lo que habla nuestra lengua DETERMINA muchas de las Maldiciones o Bendiciones que recibimos: La muerte y la vida están en poder de la lengua y el que la ama comerá de sus frutos (Proverbios 18,21)

“De la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6,45)

Un corazón cargado de Iniquidad continuamente hablará mal de otras personas provocando divisiones y maldiciendo a mucha gente. Esto proviene de múltiples agravios e injusticias que continuamente vienen sobre ellos. La razón es que la misma iniquidad está produciendo un Ciclo Vicioso.

Personas que han sido profundamente Rechazadas pareciera como que atraen más y más rechazo sobre ellas. Y esto es porque están atrapadas en REDES de INIQUIDAD. Se debe quitar la iniquidad de la persona y de su Línea Generacional.

En gente que ha sido abusada de alguna forma, o han sufrido de un ataque incestuoso, continuamente esa carga de Iniquidad que pesa sobre ellos estará atrayendo agravio y deshonra sobre sus vidas. Una persona abusada en este sentido tiene que perdonar y pedir perdón por los Pecados de sus antepasados y, con toda seguridad se encontrarán muchos más casos semejantes en su LINEA FAMILIAR ascendente, y que fueron los que arrastraron al padre o al familiar a cometer tal aberración. (ej. ver salmo 53, 4)

Para salir de este ciclo de injusticias y agravios es necesario buscar en nuestros corazones donde hemos sido injustos con otros. Después de esto pedir iniquidad y PEDIR PERDON a Dios por la iniquidad de nuestros antepasados en este sentido.

Arrepentirse ante Dios es un Primer Paso, pero no termina de arrancar la semilla de iniquidad que hemos sembrado en contra de nosotros mismos hasta que pidamos Perdón a las personas y hagamos un Bien por ellas que Recompense el mal que les ocasionamos:

“dejad de hacer lo malo, aprended a hacer el bien, restituid al agraviado…” Isaías 1, 16-17

La Iniquidad en la IDOLATRIA:

Una de las obras de iniquidad que más aborrece Dios es la Adoración de Idolos, el servir dioses ajenos (ej dinero, poder, fama). La idolatría es el principio de una cadena de pecados y está dirigida por el espíritu de fornicación. Hoy asistimos al más grande estado de perversión y desviación sexual en toda la historia de la humanidad. (ver Oseas 4,11-14 y 5,4)

La Iniquidad y las Maldiciones:

Una maldición es el pago dado por Dios sobre una persona y su descendencia para su Purificación como resultado de su Iniquidad.

En el cuerpo de la iniquidad han quedado grabados todos los pecados hechos por las generaciones que nos precedieron y es precisamente de esta información que va a volver a surgir el pecado y se va a manifestar. Esto no se quita por medio de una oración generalizada. Tanto el Pecado como la Rebelión y la Iniquidad requieren de un escrutinio profundo de nuestro corazón.

“Bienaventurado el hombre a quien Dios NO culpa de iniquidad…”

Mi pecado te declaré y NO ENCUBRI MI INIQUIDAD…” Salmo 32, 2-5

“Dales oh Dios el pago según la obra de sus manos… Tu maldición caiga sobre ellos” (Lamentaciones 3, 64-66)

Síntomas de una Maldición que está Activa:

Las maldiciones pueden identificarse a través de varios síntomas recurrentes y provienen de raíces específicas de Iniquidad:

Ejemplo 1: problemas financieros crónicos, pobreza, miseria, tierra que no produce fruto, negocios que quiebran sin razón aparente tienen por CAUSA: robos, fraudes, estafas, hechicería, idolatría, falta en dar ofrendas a Dios.

Ejemplo 2: problemas ginecológicos en la mujer: flojo de sangre continuo, desórdenes crónicos en la menstruación, esterilidad, abortos naturales, tienen por CAUSA: incestos, adulterios, divorcios, perversiones sexuales, abortos, pornografía, fornicación.

Ejemplo 3: la propensión a accidentes, muertes prematuras, suicidios, tiene por CAUSA: ocultismo, homicidios, espiritismo, hechicería, satanismo.

DEBEMOS CELEBRAR MISAS POR NUESTROS ANTEPASADOS, PARA LA PURIFICACION DE SUS ALMAS Y PARA ROMPER AL AMISMO TIEMPO CAUTIVERIOS Y MALDICIONES.

ORACION PARA CANCELAR LA INIQUIDAD:

Señor, te pido PERDON por mi iniquidad y la iniquidad de todos mis antepasados. Señor hemos pecado contra Ti, pero yo hoy me arrepiento en nombre de todos mis antepasados por haber … (mencionar pecados e iniquidades). Te pido Señor que nos perdones y nos limpies. PURGA de mi espíritu, de mi alma y de mi cuerpo toda esta iniquidad.

Y ahora ordeno en Nombre de Cristo, que toda iniquidad arraigada en mis huesos y en mis entrañas salga ahora mismo. Iniquidad, SAL de mis huesos y de mis entrañas EN EL NOMBRE DE JESUS !

Repetir esta oración de liberación tantas veces como sea necesario hasta verificar que se manifieste la liberación)

Luego:

EN EL NOMBRE DE CRISTO, y por los MERITOS DE SU SANGRE BENDITA DERRAMADA EN LA CRUZ, CANCELO TODA MALDICION QUE SE HAYA ADHERIDO A LA INIQUIDAD EN MI VIDA, SEA ESTA PERSONAL, FAMILIAR O GENERACIONAL.